MANANTIALES, PINTURAS RUPESTRES Y UNA ARQUITECTURA MUY PARTICULAR: PLANES PARA VER Y HACER EN ALBARRACíN

Situado en la provincia de Teruel y declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural -entre otros honoríficos títulos-, Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España, como decía Azorín. Puedes empezar tu ruta caminando entre un legendario recinto de murallas, y seguir subiendo por escaleras color rojizo, hasta toparte con irregulares casitas que nos trasladan a la Edad Media. También es una delicia moverse entre pintorescas calles como la de Azagra, conocida por sus tejados apilados, grandes puertas de madera y tradicionales arcos, y seguir rumbo a la calle de Postigo hasta llegar a la Plaza Mayor, desde donde divisar los jardines del río Guadalaviar. Atención a su castillo o alcazaba, sobre un grandioso peñasco de forma triangular, y que junto a la Torre de la Muela y la del Andador constituían el núcleo defensivo.

A pesar de la irregularidad del casco urbano, se puede considerar que su Plaza Mayor es el centro geográfico. Otras joyas que no hay que perderse: la catedral, un templo románico del siglo XII; sus iglesias de Santiago y Santa María, sus ermitas o el Palacio Episcopal.

Manantiales, pinares, pinturas rupestres y murallas: lo mejor para ver en Albarracín

Antes de meterte de lleno en la historia y monumentos de la localidad, puedes hacer una visita panorámica por la ruta del río Guadalaviar; el paseo comienza al lado de la oficina de turismo, y está bastante bien señalizado. A través de un sendero por donde no dejarás de hacer fotos, de repente te encontrarás con varios puentes colgantes que cruzan las huertas y antiguas norias. Junto con el recorrido por las murallas, resulta un plan ideal.

Pero, sin duda, uno de sus mayores atractivos es la Sierra, con el Paisaje Protegido de los Pinares del Rodeno, con las enormes rocas rojizas de rodeno y sus caprichosas formas; las pinturas rupestres que encontraremos dentro del Parque Cultural de Albarracín; sus ríos, cascadas y lagunas con impresionantes vistas… Porque estamos hablando de uno de los puntos de la Península con mayor número de manantiales y nacimientos de agua.

Hay muchas rutas de senderismo para el segundo día de tu viaje, si ya has completado su visita al pueblo. Parte de tu última etapa podría estar dedicada a la Cascada del Molino de San Pedro, en El Vallecillo, Y recuerda que hay gran oferta de hospedaje, como hoteles en los edificios más singulares, casas rurales, alojamientos con encanto, campings o albergues.

Dato curioso: 5 ríos y unos 1.200 manantiales suma la comarca. En los Montes Universales, en la Sierra de Albarracín, nace el Tajo, el río más largo de España, que desemboca en Lisboa.

La gastronomía, otra joya a descubrir en Albarracín

El ternasco asado es la delicia que no te puedes perder si pasas por esta localidad. Es la carne del cordero aragonés alimentado con leche materna y cereales. Se la conoce como "la carne rosa", y en Albarracín la encontrarás en multitud de preparaciones. Pruébala, se deshará en tu boca. Por cierto, para ir abriendo paladar no puedes dejar de tomar una ración de jamón de Teruel y, para beber, un tinto del valle de Jiloca.

Viajar con niños a Albarracín

Si viajas con niños, o simplemente quieres hacer memoria, no te pierdas el Museo de Juguetes. Muñecos de hojalata, trenes eléctricos o cromos de los años 50 son sólo algunas de las piezas de una colección que reúne juguetes desde finales de 1800. Hay talleres infantiles.

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