RUTA MONUMENTAL POR ÁVILA

Nuestra visita en esta ruta monumental por Ávila comienza en la Plaza del Mercado Grande (conocida también como Plaza de Santa Teresa o simplemente “El Grande”), centro neurálgico de esta ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO ubicada a orillas del río Adaja

Sobre el enclave estratégico que ofrece el promontorio rocoso de su margen derecha, se alza desde tiempos romanos Ávila, la capital de provincia más alta del país (1.131 m), lo que justifica su fama de ciudad fría. Y mantiene intacta su famosa muralla medieval (con un perímetro de 2,5 kilómetros, más de ochenta torres semicirculares almenadas y nueve puertas), que llevamos tiempo viendo desde el coche según nos hemos ido acercando.

Aparcamos en pleno centro, dentro de su parking subterráneo, y entonces podremos entrar al casco histórico (declarado B.I.C. en 1982) por la abovedada Puerta del Alcázar del lado este, dejando a nuestra izquierda la estatua dedicada a Santa Teresa de Jesús (uno de los personajes más célebres de la ciudad, y motivo de gran parte de sus visitas).

Al otro lado, nada más cruzar, tendremos otra estatua dedicada a Adolfo Suárez, natural del pueblo abulense de Cebreros e hijo adoptivo de la ciudad. Da nombre a la plaza que tiene detrás, surgida tras la demolición del antiguo alcázar y convertida ahora en un espacio ajardinado con fuentes. Desde allí podemos subir a la propia muralla y recorrerla por lo alto por una entrada general de 5 euros (con descuentos para niños, jubilados, estudiantes y grupos).

Aquí toca perderse por las calles y plazas del centro histórico, donde no pararemos de descubrir iglesias, palacios, bares, tiendas, restaurantes y todo tipo de lugares de interés histórico o cultural. A nuestra izquierda encontraremos la iglesia de San Ignacio de Loyola, cuyo origen se remonta a 1623. A sus pies, una estatua dedicada a Tomas Luis de Victoria, sacerdote católico, maestro de capilla y célebre compositor polifonista del renacimiento español (lo que explica que sujete una partitura en sus manos).

Hacia la derecha veremos rápidamente la Catedral de Ávila, entre el Palacio de Valderrábanos y el Palacio de los Velada (hoy hotel de cuatro estrellas y restaurante La Lola). Se considera la primera catedral gótica de España, erigida sobre los restos de un antiguo edificio dedicado a El Salvador. Fue declarada Monumento Nacional en 1949, y para visitar su interior (altar mayor, claustro, museo, girola y subida a la torre) hay que pagar una entrada general de 8 euros.

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Continuamos nuestra ruta por la calle de los Reyes Católicos, donde se alza la Capilla de Nuestra Señora de las Nieves (siglo XVI). Allí, en el Café Fortaleza, paramos a tomar un tentempié: café con leche (se agradece que la tengan vegetal) y un montadito de tortilla de patatas con pimientos verdes con los que coger calor. Seguimos el recorrido llegando a los soportales de la Plaza del Mercado Chico, con la Parroquia de San Juan a la izquierda (donde podemos asomarnos a ver la pila donde fue bautizada Santa Teresa en 1515) y el ayuntamiento de la ciudad a la derecha.

Tras ver la estatua de San Juan de la Cruz descubrimos el Torreón de los Guzmanes, edificio de principios del siglo XVI convertido hoy en sede de la diputación provincial de Ávila. En sus inmediaciones está el Palacio de Superunda, construido hacia 1580 en estilo renacentista donde se puede visitar actualmente gran parte de la obra de Guido Caprotti, pintor italiano que adquirió el edificio a principios del siglo XX. Allí está también el Palacio de los Almarza, palacio ocupado hoy día por la comunidad de las siervas de María.

Junto al Palacio de Núñez Vela (Bien de Interés Cultural, construido en estilo renacentista hacia 1541) está el Convento de Santa Teresa, con una nueva estatua de la susodicha a sus pies. Santa Teresa de Jesús​ fue entre otras cosas monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, mística y escritora española. Nació el 28 de marzo de 1515​, pero el sitio donde lo hizo sigue a debate. Hay quien dice que fue en el pequeño pueblo de Gotarrendura (a 20 kilómetros)​​​​, y hay quien dice que lo hizo en este edificio de Ávila capital, de estilo barroco carmelitano.

Su iglesia se puede visitar de forma gratuita, así como la habitación donde supuestamente habría nacido la abulense. Bordeando el convento está el museo dedicado también a Santa Teresa, y de frente se abre en la muralla la Puerta de la Santa, que ofrece al otro lado una interesante panorámica del extrarradio de la ciudad frente a los anchos campos de Castilla y León.

De regreso a los interiores de la muralla, nuestro paseo sigue por la fantasmagórica portada de la Iglesia del Hospital de Santa Escolástica, actualmente en ruinas. Bordeamos el Archivo General Militar de Ávila, ubicado en el Palacio de Los Polentinos (siglo XVI). Seguimos el paseo por el barrio judío, asomándonos a la parte norte de la muralla y al Palacio Raimundo de Borgoña o de Juan de Henao (mediados del siglo XVI, convertido hoy en Parador Nacional de Turismo).

La aventura termina, al igual que empezaba, en la Plaza del Grande. Allí cerramos el círculo, comprando de recuerdo las yemas de Santa Teresa (el dulce típico, a base de yema de huevo batida y espolvoreada con azúcar) y comiendo de menú del día en el restaurante Barbacana, junto a la Iglesia de San Pedro (siglo XII). Y es que ofrecen patatas revolconas de primero y ternera de segundo, dos platos de lo más abulenses con los que emprender la vuelta con inmejorable sabor de boca.

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