EN SÃO PAULO ESTA CASA DE VERANO NOS INVITA A DISFRUTAR DEL BOSQUE ATLáNTICO DE GUARUJá

La residencia de verano emerge como un oasis envuelto por el bosque atlántico de Guarujá, a 100 kilómetros de São Paulo y solo a unos minutos de la playa. La arquitectura a cargo de DB Arquitetos, el despacho de David Bastos, procuró su integración con la vegetación nativa. Marina Salles fue llamada a completar el proyecto con una decoración que brindara calidez y confort a este refugio en la naturaleza.

Un diseño que realza la naturaleza y la arquitectura

El programa de la casa se distribuye en cinco niveles y ubica el área privada en la parte baja (donde los dormitorios son arropados por el bosque) y las zonas sociales en lo alto, lo cual regala maravillosas vistas de la costa al nivel de las copas de los árboles. Con esto se encontró la directora del estudio Marina Salles Arquitetura e Interiores: “cuando fui a la casa por primera vez y descubrí estas vistas, fue muy claro que el concepto de la decoración debía tener una selección de mobiliario muy fluida”,recordó la interiorista. “Queríamos resaltar la naturaleza al no incluir elementos altos que pudieran obstaculizar el paisaje”.

Se enfocó también en “respetar la arquitectura y los materiales que se usaron”. Hay una conversación entre las texturas naturales, un eco que se genera desde la estructura y que se escucha en cada ambiente. Así, el importante techo de madera natural puede verse reflejado en las superficies de la mesa del comedor y de las mesas auxiliares; a su vez, las líneas “rectas y limpias” de la arquitectura se reinterpretaron a través de la decoración.

Espacios abiertos que conectan con la naturaleza y la vida social

A gran escala, la visión de Marina Salles le da detalles a la monumentalidad de la residencia y su entorno; desde adentro, se priorizó la interacción de los propietarios (los momentos compartidos con la familia y los amigos). Por eso, la disposición del salón mira hacia el centro del espacio —la transparencia de las mamparas ya se encarga de incluir la vegetación—. De hecho, este es el ambiente favorito de la interiorista: “hace posible que todos estén en el mejor lugar de la casa, conectados a la naturaleza y también a los otros ambientes principales”, aseguró Salles.

Una fusión única de tradición y diseño contemporáneo

El mobiliario y los objetos son una mezcla de herencias familiares, artesanía, nuevo diseño brasileño y piezas firmadas por la propia Marina Salles, especialmente para este proyecto.

Para darle dinamismo al recorrido, se eligieron también muebles ligeros que facilitan su reubicación. La combinación de madera, lino, paja, ratán y cerámica “sugiere la simplicidad

de una auténtica casa de playa”.

El diseño de iluminación, a cargo de Lightworks, también procura evitar las barreras visuales. De ahí que hayan surgido piezas especiales como la lámpara Canoa: sobre el comedor, hace referencia a los botes típicos de la zona, tiene una luz continua y prescinde de focos visibles.

Una paleta natural que complementa la exuberancia del entorno

La paleta natural, que deriva de los materiales, es protagonista; los acentos de color se introdujeron a través de accesorios y piezas decorativas, como cojines, textiles y jarrones. “No queríamos que la decoración compitiera con el intenso verde del exterior, sino que se fusionara y permitiera que la naturaleza fuera el punto focal, sin tener que ser minimalistas”, explicó Marina Salles. Esto se logró con una base neutral, mezclando texturas y capas, y también al añadir

colores cálidos y verdes, como quien siembra tonos de ese paisaje que esta casa tan bellamente enmarca.

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